Ayer tocó un nuevo entrenamiento, la verdad es que son de
los entrenamientos que más disfruto, aunque todo hay que decir que es de los
que más sufro pero la verdad es que lo hago a gusto porque me gusta y motiva.
Se trata de hacer tras coche, jejee, para alguno una tortura para mí todo lo
contrario porque además tengo a la mejor conductora que podría esperar, como
no; Amaia, ya que prácticamente no necesitamos hablar para entendernos, solo
con la mirada nos lo decimos todo.
El entrenamiento era sencillo, 13´de calentamiento antes de
empezar el tras coche que duraría sobre 2 horas para finalizar con 15´de recuperación
y soltar patas.
Salimos sin lluvia, pero al cabo de 15´empezó a diluviar y
ya que estábamos metidos en la faena ponerse el chubasquero y continuar con el
entrenamiento. La verdad que el tras coche de ayer se me hizo más duro de lo
normal, la lluvia, el viento que empezaba a pegar fuerte y la tensión que se genera en estos
entrenamientos.
El recorrido que hicimos es prácticamente llano, con algunos
repechos pero sin ninguna dificultad montañosa reseñable. Nos pusimos en
dirección de Nanclares de la Oca, llegamos a la Puebla de Arganzon y allí dimos
dos vueltas al circuito de La Puebla-Armiñon, la vuelta son 14 km con un
repecho de unos 800 metros que se suele hacer pestoso y encima haciendo tras
coche pues ni os cuento. Como dato significativo para que os hagáis una idea
del repecho, la media de pulso en esos 800 metros fue de 179 ppm con una máxima
de 194 ppm, así mismo moví una media de 364 watios con una velocidad media de
40 km/h. La verdad que son datos poco significativos pero teniendo en cuenta lo
que llovía la verdad es que ni tan mal.
Después de hacer este circuito 2 veces otra vez dirección
Nanclares, de ahí dirección Mendoza, Foronda con vuelta incluida al aeropuerto
de Vitoria y dirección Lopidana donde pillé un bache y revente la rueda
delantera. De ahí como hasta casa ya solo quedaban unos 3 ó 4 km y ya estaba
bastante mojadito decidimos meter la bici en el coche y arreglar el reventón ya
en casa, que total daba igual hacer 3 km más o 3 km menos.
Las sensaciones la verdad es que contando lo que llovió
(salvo la última parte de Foronda a Vitoria que dejó de llover) fueron bastante
buenas, a los cambios de ritmo que me hacía Amaia respondía bastante bien, el
enlazar de nuevo no me costaba y los conseguía con bastante facilidad,
sufriendo eso sí, pero luego recuperaba bastante bien, que es algo muy
importante.
En líneas generales
contento, pero hay que seguir trabajando duro sin desanimarse porque los
primeros objetivos de la temporada 2015 se acercan y hay que estar preparado,
pero sobre todo disfrutando de lo que nos gusta.
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