El sábado era el último día de carga de la semana, pero
decidí salir con Raúl con la BTT hacer unas cuantas horas de disfrute por el
monte y desconectar del pulso, watios, cadencia y demás....
Desayunar con el K-Weeks Inmune de 226ERS y rápidamente
vestirme porque a las 9 habíamos quedado, nos juntamos tres Raules y yo jejee,
era curioso cada vez que llamaba a Raúl los tres se daban la vuelta jejeee.
Nuestra idea era subir a Badaya, bajar y subir al Armikelo y
vuelta para casa. La subida a Badaya la hicimos tranquila hablando y
disfrutando de a subida, ya que no se conocían la subida entera a Badaya por
este extremo, salvo Raúl de Alegría que la había hecho en la marcha de
Nanclares.
Una vez coronado rápidamente para abajo por el refugio. En
vez de bajar hasta Mendoza, Raúl Sutil nos llevó por unas bajadas de senderos súper
chulos, alguno un poco resbaladizo por las hojas y piedras mojadas pero
impresionantes, yo los desconocía y me encantaron....
Ya en Hueto Arriba paradita para rellenar los botellines y
comer algo y poco a poco camino hacia la ascensión del Armikelo. Ascensión dura
con tramos muy empinados, algún que otro tramo más tendido donde se podían
recuperar las piernas pero sobre todo una subida impresionante de las vistas y
senderos por los que subíamos, eso sí con algo de más barro que en Badaya, pero
ciclable 100%.Una vez coronados abrigarnos y para abajo rápidamente ya que
hacia bastante frio y viento.
La primera parte del descenso es por una pista ancha con muchísimas
piedras grandes y hay que bajar suave y tranquilo por si acaso, ya que una caída
en este tramo fácilmente te puedes romper algo y costarte la temporada.
Una vez pasado el tramo malo de piedras nos metemos en un
sendero conocido como "el sendero de Geni", la verdad es que es un
sendero acojonate de chulo e impresionante. Al inicio del sendero Raúl de Alegría
me dijo que el aquí se cayó y por eso decidí bajar tranquilo para evitar males
mayores. Sutil y el otro Raúl bajaron más enchufados ya que se conocían esta
bajada y les gusta la velocidad en estos senderos jejeee. La verdad es que la
bajada incitaba a tirarse sin frenos, no es una bajada empinada, es rápida,
divertida, sin apenas dificultad y zigzagueando por un sendero estrecho u
espectacular. Más o menos cuando ya casi no quedaba mucho para terminar la
bajada al salir de una curva había una especie de losa de piedra en el sendero
(se pasaba por encima de ella perfectamente ya que estaba a ras del sendero)
estaba mojada y con algo de verde y aunque no iba rápido la bici me patino como
una bailarina en una pista de hielo y al suelo con todo el lateral izquierdo
del cuerpo. Caí a plomo, Raúl que veía detrás me dijo que me había patinado con
la rueda y que se fue, yo lo único que recuerdo de la caída, que siempre cuando
te caes pasa todo muy despacio, fue meter el codo y el brazo hacia el pecho
para evitar rompérmelo y en Amaia.
Raúl me ayudo a levantarme ya que estaba un poco atascado,
me movió el hombro para ver si estaba bien y rápidamente se fue para abajo en
busca de los otros dos Raules para avisarles. La verdad es que solo tengo
buenas palabras para ellos porque subieron a toda leche preocupados por si la
cosa era seria. Dolorido y magullado baje un tramo andando porque me dolía
bastante, una vez llegado a una explanada me monte porque ya prácticamente estábamos
abajo, en Foronda. De ahí hasta casa poco a poco e intentando no pensar en lo
ocurrido y solamente acordarme de lo que había disfrutado en compañía y las
nuevas sendas que había conocido y con ganas de volver jejeee.
Ya en casa tocaba ver lo que realmente me había hecho,
aparte de rozaduras y alguna herida también golpes en rodilla, cadera, hombro, escapula todo ello
de la parte izquierda del cuerpo y lo más sorprendente, un dedo de la mano
derecha.....
Menos mal que en casa tengo Amaia que me cuida y me cura,
eso si también decir que buen susto se dio al verme y sinceramente yo también
me acojone un poco en la caída porque ni me lo esperaba, no son como esas veces
que uno baja a lo loco y en plan temerario arriesgando más de la cuenta, fue de
la forma más sencilla y bajando tranquilo y disfrutando del sendero. Son cosas
que pasan, el que anda tropieza, pero no nos damos cuenta a veces de que nos la
podemos encontrar en cualquier sitio, da igual que vayas rápido o despacio, lo
peor es que la gente que nos quiere se lleva disgusto y a veces somos un poco
inconscientes y egoístas y no vemos más allá. Ahora a descansar esta semana que es de recuperación y a recuperarme de las heridas y golpes.